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Bordados contemporáneos en París Art Basel 2024

Ana Silva, cortesía de A Gentil Carioca

Considerado durante mucho tiempo un oficio tradicional más que un medio plástico, el bordado estuvo excluido del ámbito de las bellas artes durante siglos. Es más, la práctica se consideraba exclusivamente femenina, fruto de un aprendizaje considerado necesario para toda joven dedicada al bienestar de su hogar. No fue hasta principios del siglo XX cuando los artistas empezaron a interesarse por el textil como medio artístico por derecho propio. En 1919 se creó un taller de costura en la Escuela de la Bauhaus, con la participación de las artistas alemanas Gunta Stölzl y Anni Albers.

El movimiento conocido como "arte de la fibra" despegó en la década de 1960, gracias sobre todo a la obra de la estadounidense Lenore Tawney, que creó esculturas en hilo de lino. Sheila Hicks, figura clave de este movimiento, fusionó escultura y tejido. Su cotización se disparó en 2017 tras su exposición en la Bienal de Venecia, y sus obras se vendieron por entre 40.000 y 500.000 dólares en Alison Jacques de Londres[i].

El bordado adquirió mayor visibilidad diez años antes, a raíz de una exposición en el Museum of Arts & Design de Nueva York en 2008 titulada Pricked: extreme embroidery. Ese mismo año, la presencia de obras bordadas de Corinne Marchetti y Francisco Vezzoli en grandes ferias de arte contemporáneo como el Armory Show y Volta consolidó el lugar del arte textil en el panorama artístico internacional[ii].

En 2024, se hace hincapié en el lado comprometido, a veces provocador, del bordado. A través de un proceso largo, tedioso y a veces doloroso, el gesto se convierte en una performance. Las artistas tejen y bordan en torno a temas políticos: la técnica, intrínsecamente ligada a la feminidad, pone de relieve cicatrices y reconecta con recuerdos portadores de reivindicaciones identitarias. El interés por los estudios de género y la atención prestada a las mujeres artistas en los últimos cinco años también están relacionados con la fuerte presencia de este medio en la muestra. Aunque algunas de las obras bordadas adquieren un carácter más onírico, utilizando los hilos de colores y la suavidad del textil para evocar la infancia, la mayoría aborda temas acuciantes como la migración, la deforestación y la dominación de las mujeres y las personas racializadas.

Cabe destacar la notable presencia de artistas internacionales que adoptan esta técnica. Proceden de Norteamérica (Hunter Reynolds, Bisa Butler), Sudamérica (Teresa Margolles, Nohemí Pérez) y África (Ghada Amer, Marie-Claire Messouma Manlanbien). Las creaciones textiles africanas, impregnadas de tradiciones y conocimientos ancestrales, aportan una dimensión cultural única a las obras bordadas. Esta diversidad geográfica refleja las perspectivas culturales únicas que pueden transmitirse a través del bordado, que establece un auténtico puente entre la artesanía y las bellas artes. Esto contribuye a atraer a una clientela internacional.

Los precios de las obras bordadas expuestas oscilan entre los 5.000 euros de los formatos más pequeños y los 180.000 dólares de las obras históricas o realizadas con materiales preciosos como cobre y oro. El precio medio de una pieza grande ronda los 45.000 euros. Los factores clave para fijar el precio son, por supuesto, la reputación del artista, pero también la complejidad técnica y el tamaño de la obra.

La interacción de materiales y relieves capta nuestra atención y ofrece una experiencia sensorial única. Esta dimensión táctil y visual contribuye a la creciente popularidad de los tapices y otras formas de arte textil en el mercado del arte contemporáneo en los últimos años. La vuelta a la tradición y el interés por la tecnicidad y la destreza del gesto parecen haberse convertido en elementos centrales. El bordado, por su lentitud, va a contracorriente de los hábitos de una sociedad consumista, y ha despertado una verdadera fascinación entre los coleccionistas.

Julie Merle, 24 de octubre de 2024.

[i] Myriam Boutoulle, "La vogue de l'art textile contemporain", Connaissance des Arts con Les Echos, Hors-Série n°1096, 16 de octubre de 2024.

[ii] Frédérique Joseph-Lowery, "Broderie et art contemporain", art press, nº 352, enero de 2009.

Ghada Amer, cortesía de Marian Goodman

Marie-Claire Messouma Manlanbien, cortesía de Cecile Fakhoury

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